viernes, 10 de julio de 2009

LA FIDELIDAD


Nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. (Lamentaciones 3:22-23).

El estadista de las misiones Hudson Taylor tenía una total confianza en la fidelidad de Dios. En su diario escribió:

“Nuestro Padre celestial tiene mucha experiencia. Sabe muy bien que sus hijos se levantan con hambre cada mañana… Él sostuvo a tres millones de israelitas en el desierto durante 40 años. No esperamos que envíe tres millones de misioneros a la china; pero si así fuera, Él tendría medios de sobra para sustentarlos a todos.
Podéis confiar en esto: La obra de Dios hecha según la voluntad de Dios nunca carecerá de la provisión de Dios”.

Puede que quedemos desfallecidos y fatigados, pero nuestro Padre Celestial es omnipotente. Nuestros sentimientos puede que fluctúen, pero Él es inmutable. Incluso la misma creación es un registro de su constancia y fidelidad.

¡Qué aliento vivir para Él! Nuestra fuerza para el presente y esperanza para el futuro no se basan en la estabilidad de nuestra propia perseverancia, sino en la fidelidad de Dios. No importa cual sea nuestra necesidad, podemos contar en la Fidelidad del Padre.

El que se abandona así mismo en Dios, nunca será abandonado por Dios.

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